Una Habitación para Dios: Relación y Liberación
Temas Principales:
Una relación de amor y liberación.
Rema: Dios quiere una relación y no solo una experiencia.
Base Bíblica: Salmo 91:9, Mateo 4:12-16, Hebreos 12:15, Efesios 4:31, Mateo 6:12, Juan 8:32, Deuteronomio 30:19, Proverbios 26:2, Lucas 13:16, Mateo 12:18.
¿Experiencia o Relación? ¡Esa es la Cuestión!
¡Mira! Mucha gente busca una experiencia con Dios, y eso está bien porque así nos hizo Él. Una experiencia nos da convicción y seguridad. Por ejemplo, si te dicen que Dios ya no hace milagros y de repente vives uno sobrenatural, ¡sabes que eso es pura mentira! Sabes que Dios sigue obrando hoy.
Pero, pilas, Dios no quiere que vivas solo de experiencias. Él quiere una relación, no solo una experiencia. La experiencia está para fijar o sellar algo en tu vida, pero si no hay una relación, vas a vivir solo recordando eventos pasados.
Más Allá del Momento: Un Presente Eterno
Una relación con Dios es un eterno presente donde Él nos regala experiencias sobrenaturales y cotidianas. No se trata de una visitación pasajera, sino de ser una habitación. Como dice Salmos 91:9 RVR1960: «Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación».
Jesús, por ejemplo, visitaba todas las aldeas, pero había una ciudad que era su casa: Capernaúm. ¡Hasta el sol de hoy se le dice la ciudad de Jesús!. No era la mejor, de hecho, era una ciudad de oscuridad, pero cuando Jesús llegó, los alumbró y ellos le creyeron y lo amaron. Allí hizo grandes milagros. ¿Qué significa esto? ¡Que Dios quiere tener habitación en ti, que seas su casa!.
La Verdadera Liberación: De Adentro Hacia Afuera
Cuando de verdad empiezas a tener una relación con Dios, es que lo conoces de verdad y Él empieza a trabajar en ti, ¡desde adentro hacia afuera!.
Se ve muchísimo cómo las personas pueden caer influenciadas por demonios una y otra vez. Pero cuando alguien empieza a cultivar una relación seria con Dios, las cosas cambian. La liberación se da por completo, ¿sabes por qué? Porque Dios comienza una liberación de adentro hacia afuera.
Las «Ataduras» que Nos Alejan de Dios
Hay varias cosas que no nos dejan tener una relación fluida con Dios. La palabra «ataduras» o «ligadura» en griego es DESMOU. Esto significa ataduras, ligadura, amarre o nudo, y es un vínculo que te pone bajo cautividad, esclavitud y prisión.
Aquí te mostramos las áreas clave de estas ataduras:
1. Las Heridas y la Falta de Perdón
Estas ataduras nacen de las heridas que se producen en el alma y penetran el corazón. Como dice Hebreos 12:15: «Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados». Efesios 4:31 nos recuerda: «quítese de nosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia y toda malicia». Por eso, debemos perdonar, así sanamos.
2. El Pecado
Juan 8:34 es claro: «todo aquel que hace pecado es esclavo del pecado o esclavo del error». Para tener una relación sana, debemos tomar la decisión de apartarnos del error o del pecado. Es importante confesar y apartarte de tus errores o pecados.
3. Las Maldiciones
Las maldiciones pueden llegar por la práctica del pecado y la desobediencia, tuya o de tus antepasados. Proverbios 26:2 nos dice: «como el gorrión en su vagar y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa». Es crucial renunciar a las maldiciones, revocarlas en el nombre de Jesús, pedir perdón por los pecados de nuestros antepasados y romperlas con la autoridad de Cristo. Deuteronomio 30:19 nos llama a: «escoge la vida, para que vivas tu y tu descendencia».
4. El Diablo y los Demonios
El enemigo puede causar ataduras, como en el caso de la mujer que estaba encorvada por una atadura del enemigo (Lucas 13:16). Pero ¡buenas noticias! Los demonios son expulsados por la palabra de Dios, por el dedo de Dios y por el Espíritu de Dios. Mateo 12:28 nos asegura: «pero si por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios».
Conviértete en Su Hogar y Sé Libre
En conclusión, cuando estableces una relación genuina con Dios, te conviertes en Su casa. Y Él, siendo el mejor anfitrión, va a empezar a limpiar esa casa desde adentro hacia afuera. Él va a romper toda atadura que tengas. Por eso, es fundamental que:
Perdones para sanar.
Confieses y te apartes de tus errores o pecados.
Renuncies a las maldiciones que llegaron por la práctica del pecado y la desobediencia, tanto tuya como de tus antepasados.
¡Y con todo esto, Él te va a hacer libre de toda influencia y culpa!.