Predicas y Enseñanzas

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¿Estás atravesando un momento de dolor, soledad o devastación?Descubre cómo Dios utiliza el caos y la destrucción para crear algo nuevo y poderoso en tu vida. Aprende a ver tus dificultades como una oportunidad para ser formado por el Maestro, así como un alfarero trabaja con la arcilla.
A veces, cuando la luz no está lista, el maestro aparece para enseñarte.Los momentos difíciles son de los que más producen cambio y aprendizaje. Los procesos de dolor y soledad son maravillosos para formarnos y prepararnos. Somos formados en el silencio.Dios no es un Dios manipulable; Él usa la soledad y trabaja en medio del caos. La Biblia muestra cómo, desde el principio, la tierra estaba desordenada y vacía, era un caos, y el Espíritu de Dios se movía sobre ella para crear. De la devastación y el caos, Dios forma algo nuevo... De pronto, si estás viviendo un caos interno, el espíritu de Dios se está moviendo sobre ti.El ejemplo del alfarero nos enseña que Dios puede tomar el mismo barro roto y deformado para hacer una vasija nueva y más hermosa. Él dice a Jeremías: "¿No puedo hacer acaso yo así con mi pueblo, con mis hijos?". Dios puede tomar lo desformado y hacer una vasija nueva como Él quiere, usando el mismo barro que ha sido roto. Rendir nuestra voluntad a la Suya es lo mejor, porque sería un orgullo tonto creer que tenemos mejor imaginación o planes que Dios.El libro de Job muestra que, a pesar de perderlo todo y ser destruido, Job nunca perdió su fe. Dios lo restauró y usó esa experiencia para formarlo y corregir aspectos importantes, como la forma en que trataba a las mujeres en ese tiempo. Job fue "deformado" para que Dios formara algo nuevo en él.Jesús mismo pasó por procesos difíciles. Después de un momento glorioso, fue llevado por el Espíritu al desierto por 40 días, donde enfrentó soledad y confrontación con el diablo. En la cruz, Jesús sufrió una "desformación completa", una destrucción total de su cuerpo por nuestros pecados. Pero luego vino el poder creador y regenerador del Espíritu Santo para recrearlo de nuevo. Jesús conservó las marcas de los clavos y la lanza, recordando lo que costó salvarnos.Las dificultades más grandes de la vida son la oportunidad para que la fuerza creadora de nuestro Señor haga algo poderoso con nosotros. Aunque tus problemas actuales parezcan muy grandes, son pequeños porque no se comparan con la gloria venidera que dura para siempre... Estas dificultades presentes son momentáneas y traen una gloria que dura para siempre.¡No te bajes de la rueda del trabajo! Quédate en el proceso aunque duela, aunque parezca que nadie te ve o que todo va mal. Jesús se quedó firme; no le hizo caso al diablo ni a sus propuestas. Muchos grandes hombres de Dios pasaron por procesos donde se sintieron solos u olvidados, pero entendieron que era un proceso de Dios.Quédate en la rueda de Dios, incluso si te sientes hipócrita o sales de la iglesia y luego fallas. Dios está haciendo una buena obra y la va a terminar. Esta es la rueda del maestro donde Dios comienza a formar. Sigue viniendo a la iglesia, no importa las circunstancias. Hay una gloria que va a venir y que durará para siempre. Confía en la fuerza poderosa creadora que está obrando en ti hoy, aún en medio del dolor o la desesperación.

Dios Usa el Caos y el Dolor Para Formarte | La Fuerza Creadora en Tiempos Difíciles

Este video explora la visión y el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros. Aprenderás que tu llamado es sobrenatural, sin importar cuán pequeña parezca la tarea que estás haciendo para el Señor.El mensaje principal destaca que Dios tiene un llamado sobrenatural para cada uno de nosotros. A menudo, las personas prefieren hacer lo que les gusta o llama la atención, en lugar de lo que Dios las ha mandado a hacer. El miedo a los cambios y a salir de la zona de confort puede impedirnos abrazar esta nueva etapa que Dios quiere entregarnos.Descubre cómo la visión requiere fe y la fe requiere visión. No podrás lograr lo que Dios te ha llamado a hacer si no sabes qué es. Además, la Biblia enseña que sin fe es imposible agradar a Dios, y que la fe es la moneda de intercambio del cielo.Para poder desarrollar todo en Dios, necesitamos reprogramar nuestra mente con la palabra de Dios. La mente es como una computadora que necesita ser reprogramada acerca de la fe. La palabra de Dios es el lenguaje natal del reino celestial y nos ayuda a romper con parámetros religiosos, preconceptos y prejuicios que no están bien.El orador comparte su experiencia personal al ser llamado al pastorado, y cómo tuvo que aprender a caminar, vestir, hablar y pensar como pastor, creyendo en lo que Dios le había dicho. Destaca que hay recompensa y pago para el que hace la obra de Dios, y que debemos estar contentos con lo que Dios nos ha llamado a hacer en el momento preciso. Incluso tareas que parecen pequeñas, como acomodar sillas, son llamados sobrenaturales.Otro punto clave es la importancia de sujetar nuestra voluntad a la voluntad de Dios. La voluntad de Dios se aprende a través de Su palabra. Es vital entender que la voluntad de Dios es siempre mejor que la nuestra, aunque a veces nuestras acciones digan lo contrario.Aprende a ver las cosas como Dios las ve, pensar como Dios piensa, actuar como Dios actúa y sentir como Dios siente. No se trata de no sentir, sino de llevar nuestros sentimientos a la voluntad de Dios. El orador aconseja no tomar las cosas personal, entendiendo que a menudo los problemas de otros no tienen que ver contigo.Se utiliza la historia de Pedro, quien negó a Jesús, para ilustrar cómo Jesús no tomó la negación personalmente, sino que, tras su resurrección, en lugar de regañarlo, le dio un propósito: "Apacienta mis ovejas". Esto muestra que Dios nos da una tarea o encomienda a pesar de nuestros fallos.Finalmente, el mensaje enfatiza que Dios no sabe de cosas pequeñas ni de escasez. El llamado de Dios a menudo sobrepasa nuestros límites porque Él es un Dios grande de abundancia y bendición. Tu propósito en Dios es hacer Su voluntad. No te bases en las circunstancias cambiantes, sino eleva tus emociones, voluntad y razón a la de Dios.¡Descubre cómo tu llamado es sobrenatural y abraza la visión y el propósito que Dios tiene para ti!

Tu Llamado Es Sobrenatural: Descubre La Visión Y El Propósito De Dios Para Ti

En este mensaje, exploramos la poderosa promesa que Jesús hizo a sus discípulos en Hechos capítulo 1: que recibirían el Espíritu Santo y poder para ser testigos. Pero, ¿cuál es la clave para experimentar esta promesa y ver la mano de Dios en acción? La respuesta bíblica es estar juntos y unánimes, tener un mismo lenguaje y mismas palabras. Esto es muy importante.Analizamos el sorprendente ejemplo de la Torre de Babel en Génesis capítulo 11, donde la unidad y el acuerdo permitieron a la gente lograr grandes cosas, ¡incluso sin tener a Dios en sus planes! Ellos tenían una sola lengua y unas mismas palabras. Estaban unánimes y lograron algo tremendo. Si la unidad enfocada en propósitos humanos puede lograr tanto, ¿cuánto más puede lograr la iglesia cuando estamos unidos en el Espíritu y para la gloria de Dios? Dios mismo descendió para ver lo que hacían y dijo que nada les haría desistir de lo que habían pensado hacer porque el pueblo era uno y tenía un solo lenguaje.Descubre cómo provocar la presencia y la mano de Dios sobre tu vida y sobre la iglesia. Hablamos sobre la importancia de la unidad (ser "uno" como Jesús y el Padre son uno, pidiéndole al Padre que sus discípulos sean uno con ellos), de mantener la última palabra que Dios te dio sin desesperar en la espera del cumplimiento. Una regla sencilla es quedarse con la última palabra que Dios dijo, creyéndola y profetizándola para provocar la mano de Dios. Hablamos también de la necesidad de la unción del Espíritu para cumplir la visión, el llamado y los proyectos que Dios ha puesto en nuestro corazón, aquello que con nuestras fuerzas o inteligencia no alcanza.Este mensaje es un llamado a la iglesia a regresar a los fundamentos bíblicos: ser una iglesia unánime, de poder e influencia, como la iglesia vibrante del libro de los Hechos. Abordamos también la importancia del llamado a la mujer en este tiempo y su empoderamiento a través de la unción del Espíritu Santo, reconociendo su lugar fundamental dado por Dios. Jesús redimió a la mujer y le devolvió su lugar al lado del hombre, no atrás, no adelante. Dios está llamando a la mujer a ser ungida por el Espíritu Santo.Creemos que estamos a las puertas de un avivamiento poderoso y una visitación especial de la gloria de Dios que nos capacitará para lograr lo que con nuestras fuerzas e inteligencia no podemos. Para ver este "Capítulo 2", necesitamos intencionalmente volver a la Palabra de Dios, orar más, y practicar el ayuno. Como Nehemías, quien tuvo un tiempo de oración y ayuno antes de ver la mano de Dios y el favor del rey sobre él. No debemos conformarnos con "cápsulas" bíblicas, sino sumergirnos profundamente en la Biblia, leyendo capítulos y libros completos.¡Prepárate para el estallido espiritual! Dios está llamando a una generación que se levante junta, unánime, con un mismo lenguaje y mismas palabras para ver la manifestación poderosa del Espíritu Santo, demostrar Su poder y traer un cambio espiritual profundo a nuestra nación y ciudades. Este es el verdadero cambio que necesita nuestra nación, no solo cambios políticos. Cristo en el corazón de la gente traerá reformas y avivamiento que traspasará las paredes de la iglesia. La iglesia está llamada a ser de nuevo la iglesia del libro de los Hechos, una iglesia que demuestra el poder de Dios, que predica, sana, libera, da al hambriento y ama al necesitado. Necesitamos volver a ser esa iglesia de poder donde la gente entienda que el Espíritu Santo es real y poderoso, incluso recordando ejemplos como el de Ananías y Safira.Escrituras mencionadas: Hechos 1, Génesis 11, Juan 17, Nehemías (ejemplo de oración/ayuno), Proverbios 31 (ejemplo de mujer), Hechos (ejemplos como Ananías y Safira, Pedro y Juan).#EspirituSanto #UnidadEnLaIglesia #PoderDeDios #Avivamiento #Hechos1 #Genesis11 #IglesiaUnanime #VolverALaPalabra #Oracion #Ayuno #Predica #EnseñanzaBiblica #FeCristiana #IglesiaDePoder

El Poder de Estar Juntos y Unánimes: Desatando la Promesa del Espíritu Santo (Hechos 1)